La victoria presidencial de Trump han despertado las preocupaciones sobre un posible regreso al proteccionismo comercial. Este enfoque implicaría la introducción de aranceles significativos de hasta el 25% en productos estratégicos, especialmente de socios comerciales esenciales como México, Canadá y China.
El objetivo es reducir el déficit comercial y fortalecer la producción propia.
Impacto en la economía Estadounidense
A corto plazo, es probable que los aranceles ayuden a los sectores productores nacionales, como la industria siderúrgica y algunas áreas agrícolas específicas. No obstante, al mismo tiempo, son un riesgo por el cual las empresas Estadounidenses que dependen de bienes importados se enfrenten a mayores precios de compra, lo cual a su vez, se transferirá al usuario final con un incremento de precio. Estamos hablando de un efecto inflacionario que se puede añadir al aún existente.
Relaciones comerciales internacionales
Los principales socios de EE.UU han advertido que pueden responder con contramedidas. Probablemente haya aranceles a productos agrícolas Estadounidenses, lo que sería un golpe significativo para los estados exportadores del medio oeste.
En el caso de China, un deterioro de las relaciones puede paralizar nuevamente la cadena de suministro a nivel global. No es la primera vez que ocurren tiranteces con este tema, especialmente si hablamos de suministros electrónicos y automóviles.
De momento podemos decir que China ha ampliado las exenciones arancelarias para la importación de algunos productos Estadounidenses hasta finales de febrero de 2025. Una fecha ajustada en vistas de ver las intenciones de Trump.
Impacto en los mercados
Cualquier indicio de aumento de las tensiones comerciales generalmente se refleja en volatilidad, especialmente en sectores expuestos a las exportaciones como lo son la tecnología y la automoción.
Escenario a largo plazo
El proteccionismo evidentemente podría llevar a reubicar algunas industrias en la mayoría de las empresas de Estados Unidos, pero esta paso está lleno de problemas. Incluso si es posible, a largo plazo, habrá que hacer inversiones en infraestructuras para que las cadenas de suministro se ajusten. Este lapso de tiempo en reinvertir para obtener cierta autonomía lastraría la competitividad internacional de las empresas estadounidenses limitando el crecimiento a largo plazo.
El tema arancelario es complejo porque ningún país es totalmente independiente a nivel de suministros.
Algunas voces se han hecho eco de este posible escenario y marcan como un posible escenario la posibilidad de que Europa pueda ser un país receptivo a buen precio de productos Chinos si el tema arancel se le escapa de las manos a Trump; Lo cual también puede ser un problema para la producción Europea por una posible guerra de precios.
Aranceles y proteccionismo, dos variables para una partida de ajedrez compleja en la que todo el Mundo juega.