El impacto económico global de las nuevas políticas del Banco de Japón sobre los tipos de interés.
Las recientes decisiones del Banco de Japón en relación a sus tipos de interés representan un cambio histórico, después de décadas de tasas bajas e incluso negativas, Japón está dando pasos hacia una normalización monetaria.
Aunque este movimiento se centra en su economía interna, sus efectos tienen impacto en Europa y no está mal decirlo, a nivel mundial.
Durante 25 años Japón ha mantenido una política monetaria extremadamente expansiva para combatir la deflación y fomentar el consumo. A lo largo de estos últimos años los tipos de interés han estado cerca del 0% e incluso en negativo.
El BoJ ha estado comprando enormes cantidades de deuda pública, lo que básicamente nos permite hablar de un QE permanente.
Ahora con una inflación más persistente, mejoras salariales y cierta estabilidad económica ha llevado a un cambio donde veremos aumentos graduales de tipos o una reducción en el control sobre los rendimientos de los bonos japoneses.
Este cambio, que a simple vista parece local, tiene repercusiones globales por una razón clave: Japón es uno de los mayores exportadores de capital del mundo.
Durante años los tipos de interés tan bajos en Japón han llevado a los inversores nipones, como aseguradoras, fondos de pensiones y bancos a buscar mejores rendimientos en el extranjero invirtiendo en bonos europeos, deuda estadounidense, mercados emergentes por ejemplo.
Si Japón decide aumentar los tipos o permite que los bonos nacionales ofrezcan mayores rendimientos, es probable que parte de ese capital regrese a Japón.
Un impacto preocupante sobre este hecho es la presión bajista que se ejerce sobre bonos europeos y estadounidenses. Véase la importancia de este hecho con el ejemplo de principios de año con respecto a la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos y la famosa foto de Japón, China y Corea del Sur, donde una imagen era una amenaza velada de vender masivamente deuda americana para hacer subir el rendimiento del bono americano.
Foto de mandatarios de Japón, Corea del Sur y China dándose la mano ante la amenaza arancelaria de Trump. Foto simbólica representando 1.1 billones de dólares, 761 mil millones dólares y 870 mi millones de dólares en deuda soberana americana.
Otro impacto es el incremento del costo para financiarse por parte de empresas y gobiernos de la zona Euro y EE.UU.
Este tipo de decisiones de los bancos centrales tienen como consecuencia la apreciación de su moneda, por lo que podemos ver un yen apreciándose.
Gráfico mensual de USDJPY donde podemos ver cómo el yen lleva depreciándose un ciclo de unos 14 años con mínimos en el año 2011.
Si el dinero vuelve a Japón y no se invierte en deuda Europea, países endeudados como España, Italia y Francia veríamos más caro el financiarse, lo cual evidenciaría otra vez las dos velocidades de Europa y el norte diría que el sur es un lastre para la economía de la CEE, esto es un ciclo o circo que ya hemos visto en otras ocasiones.
Veríamos hablar nuevamente de aquella prima, la de riesgo, que tan poco se nombra últimamente y le tocaría mover ficha al BCE que debería adoptar un enfoque más expansivo para contrarrestras esta situación.
Con los bancos europeos hay que hablar de un escenario algo más complejo que el actual, porque por un lado se verían beneficiados de un entorno con mayores rendimientos, pero se pueden encarecer los préstamos y frenar la inversión.
Como ya hemos comentado con la subida de tipos el par EURJPY se vería presionado a la baja, con lo que beneficiaría las exportaciones europeas a Japón.
Moviendo una pieza económico mundial como son los tipos bajos de Japón el tablero y el juego cambian.
Dotaría de volatilidad a los mercados debido a una menor liquidez global. En Europa y EE.UU podríamos ver un cambio en la rotación sectorial, un mayor interés en empresas con balances sólidos y menor apetito por el riesgo con empresas que se encuentren endeudadas.
También con un yen fuerte se puede reducir la demanda japonesas de materias primas pero a su vez también aumentaría el poder adquisitivo de los importadores por lo que deja un escenario de cierta incertidumbre dependiendo del sector del que hablemos.
Estaremos pendientes de los movimientos del BoJ porque un cambio de estas características no es únicamente un cambio local, sino que estas decisiones pueden influir a nivel global.





