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lunes, 5 de mayo de 2025

El gran apagón Español: Cuando Sánchez apagó la luz y encendió las excusas

 El lunes 28 de abril de 2025 España volvió a vivir un momento histórico, pero no de esos que son para sacar pecho y llenarse de orgullo patrio. No fue un gol en el último minuto de la final de la Mundial ni el descubrimiento de una cura para el cáncer. Fue el día en el que el país entero se quedó a oscuras. Literalmente. Un apagón masivo, sin precedentes, dejó a la Península Ibérica sumida en un caos que combinó desconcierto, frustración y con las radios a pilas como única fuente de información. 


A las 12:33 del lunes 28 de abril, 15 gigavatios de energía eléctrica (el 60% de lo que consumía el país en ese momento) se esfumaron en cinco segundos, se disolvieron como un azucarillo en el café y ya no supimos más de ellos.


Calles sin semáforos, trenes ubicados en la nada, metros convertidos en cuevas modernas, supermercados cerrados (a excepción de la cadena de Juan Roig) y móviles que sin la aplicación de "radio" valían tanto como un pisapapeles caro. España, Portugal y hasta partes de Francia se sumieron en un blackout que, según Red Eléctrica, fue "absolutamente excepcional". 


En aquel lunes y según pasaban las horas de apagón, tratábamos de entender si había sido un ciberataque, una tormenta solar o simplemente un colapso de un sistema eléctrico que lleva años al borde del infarto, mientras el Gobierno de Sánchez optó por su estrategia favorita: La del avestruz y por supuesto echar balones fuera intentando desviar la atención al sector energético privado. El que sea culpable de este hecho va a tener que pagar las consecuencias y barato no será precisamente.


La respuesta gubernamental fue un ejercicio de dilación y postureo pasando casi seis horas desde el apagón hasta que Pedro Sánchez, nuestro presidente, decidió comparecer. Seis horas en la que fabricaron un relato que no convence a nadie y que a día de hoy todavía no sabemos cuales son las causas. Seis horas en las que los Españoles, varados en estaciones de tren, atrapados en ascensores, cocinando con camping gas se preguntaban qué estaba pasando.


Finalmente con un "no hay información concluyente" Sánchez aseguró que "se están analizando todas las causas potenciales, sin descartar ninguna hipótesis." Vamos, que no dijo nada.


Se creó un comité de análisis presidido por la vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, que se reunió con urgencia para investigar un "error técnico" y el hipotético "ciberataque" que tan bien la valdría como excusa para no "pagar el pato" de esta crisis. Una semana después, el comité sigue "esperando la totalidad de la información requerida". El Gobierno sigue con el relato de culpar a los operadores privados como si Red Eléctrica fuera un ente independiente del mismo.


Las malvadas eléctricas son el chivo expiatorio perfecto y en palabras del mismo Sánchez "exigirá todas las responsabilidades pertinentes a los operadores privados" porque si algo falla en el sistema eléctrico, la culpa siempre es de Endesa, Iberdrola o EDP, nunca de un Gobierno que lleva presumiendo liderar la trancisión ecológica mientras existe una mala planificación de la integración de las renovables.


Las eléctricas no son hermanitas de la caridad, pero culparlas exclusivamente es como echarle la bronca al fontanero porque la casa se inunda ignorando que el dueño lleva años sin arreglar las tuberías. En aquel día la generación de energía renovable fue masiva y expertos como Carlos Cagigal ya lo habían advertido "hemos estado jugando en el filo".


El impacto fue un lunes negro con consecuencias millonarias. El apagón no solo va a ser una anécdota para contar. Paró a un país en seco. La asociación de Autónomos cifró las pérdidas en 1.300 millones de euros, con la hostelería y el comercio llevándose la peor parte. Analistas cifran en 4.500 millones el costo de un día (entero) de apagón. Este al no ser de un día entero y además no simultáneo en todo el Estado es más difícil de cifrar.


Irónicamente un Gobierno "progresista" nos devuelve a la Edad Media en un momento en el que nos está vendiendo su agenda verde como el no va más. ¿De qué sirve la gran generación renovable si no puedes almacenarla o distribuirla sin que el sistema colapse? La transición ecológica es necesaria, esto nadie lo duda, pero se hace con inversión, planificación y no con fotos y palabras bonitas.


La oposición pide una "auditoria independiente internacional" y claro, este hecho fue catalogado por "opotunismo". Por lo visto no se puede cuestionar al Gobierno que ha tardado cinco días en admitir que hubo una oscilación previa al apagón y que todavía no sabe si fue un fallo técnico o lo hizo un mago.



¿Otro apagón a la vista? Como no sabemos qué o quién ha sido el causante de este hecho puede volver a pasar sin ninguna duda. Expertos ya habían avisado de esta posibilidad meses antes ante la gran generación solar y eólica que se generan en primavera. 


El apagón del 28 de Abril no fue únicamente un fallo técnico, fue un reflejo de las carencias de este Gobierno en la transición energética que prefiere ganar el relato antes que enfrentarse a la realidad. Nosotros como Españoles merecemos un sistema eléctrico a la altura de la cuarta economía de la zona euro. Ese día fue un circo en el que se nos dio seis horas para pensar en motivos y que en la primera comparecencia del Gobierno se nos aconsejó con "no especular"; Después de seis horas no parecen las palabras más adecuadas, pero primero lo primero, el relato.


Hasta la siguiente crisis guardemos las velas a mano, porque nunca sabemos cuando volveremos a necesitarlas.